El tiempo se va volando. Hay que ver que el año ha pasado sin sentir. Pero si estábamos hace nada en verano… y mil frases más que escuchamos estos días, que parece que son los únicos en los que sentimos el paso del tiempo (y cuando se acaban las vacaciones, vaaaale).
Propósitos, buenos deseos, verdadera determinación y disciplina para lograr todo aquello que deseamos ser, hacer y tener y que no somos, ni hacemos ni tenemos. ¡Y qué rápido nos desinflamos, caray! La determinación y la disciplina se van con la uva número 11, creo, según mis cálculos. Es entonces cuando pasamos a lo que vamos a denominar «realismo», o así es como enmascaramos todas las excusas que nos ponemos para no cambiar nada porque «tampoco estamos tan mal». Y ES QUE CAMBIAR DUELE. Y a nadie le gusta el dolor. Este año he escuchado mucho la pregunta ¿desde dónde haces las cosas? ¿Desde el amor o desde el miedo? Y es alucinante la cantidad de cosas que hacemos en nuestra vida, en nuestro día, desde el miedo.
Creo que ese será mi propósito de este año…DESDE EL AMOR, todo desde el amor, y dejar atrás el miedo. Por si acaso, comeré solo 10 uvas, no sea que en la 11 se me vaya la determinación.
Feliz vida nueva